sábado, 14 de julio de 2012

Los videojuegos y la revolución

Hoy soy incapaz de abstraerme de la situación política que vivimos en el país y he pensado en si sería capaz de escribir algo que relacionase toda esta situación con los videojuegos.


Un amigo de mis padres casado con una japonesa y con un hijo en común con ella me comentó hace ya muchos años lo preocupado que estaba por la situación de la infancia en Japón y el efecto que los videojuegos provocaba en los niños.
Supongo que a un Español nacido en los cincuenta, uno de estos del "cuéntame", de los descampados, el fútbol y las chapas... los niños japoneses le resultaban tristes y fríos.



Así por un lado tenemos esa imagen de los japoneses, su obediencia, frialdad, respeto, estricta moral, estabilidad política...


Por otro lado una de las obras mas importantes del manga japonés asalta mi mente con un imaginario completamente diferente: AKIRA.




Una vez que lees el manga los personajes te acompañan toda tu vida.
Jóvenes inadaptados, rebeldes que consumen drogas, cometen delitos y se enfrentan en peleas de bandas en un ambiente de golpes de estado y grupos terroristas que intentan hacerse con el poder. 
Y la obra no está en el aire, se cimenta sobre el movimiento social de los Bosozoku, un movimiento que yo personalmente interpreto como netamente posmoderno, quizá incluso adelantado a su tiempo.


La cuestión es que aquella "tribu" urbana que tuvo su auge en los setenta está hoy prácticamente extinta. He leído varios artículos de fuentes diferentes que versan sobre la teoría sociológica de que los videojuegos tuvieron algo que ver en el descenso de ese tipo de grupos, algo que Katsuhiro Otomo no contemplaba para el apocalíptico futuro de neo-tokio cuando creó Akira a principios de los ochenta.




¿Los videojuegos? ¿como anestesia social?


Si he de ser sincero dudo de la capacidad de los videojuegos para afectar con tanta profundidad en las personas, sería incapaz de establecer esa relación en occidente por ejemplo.


Siempre intento comprender mejor esa fuerza positiva que Baudrillard pretende ver en el silencio de las masas, en el pasotismo, en preferir el fútbol o los videojuegos a participar de la vida política y social.


Pero luego llega este día a día del que es imposible evadirse porque te mete el dedo en el ojo. En la misma pantalla tu videojuego violento favorito y las cargas policiales de hoy.


Sería un videojuego interesante, un videojuego en el que fueses un antidisturbios, un juego masivo de jugadores online, "Battle for reason". En los dosmiles lo petó el Counter-Strike, hoy en día podría petarlo un juego como el que digo























No hay comentarios:

Publicar un comentario