domingo, 23 de septiembre de 2012

Adicción a la justicia


Ese es un componente importante en los juegos al que ningún medio de estos que nos acusa de violentos sin empatía hace referencia. La justicia, si todos los jugadores parten de una misma situación y las reglas son iguales para todos el juego no puede estar descompensado, es justo porque todos tenían las mismas oportunidades, participaron por voluntad propia y conocían las reglas antes de jugar.

Eso es adictivo.

Dos generales de dos ejércitos cualesquiera en la historia. Nunca lucharon en igualdad de condiciones, sus fuerzas eran diferentes, el número de tropas, el terreno, la información con la que contaban... Pero una partida de ajedrez?

La vida es y ha sido siempre injusta, si ha acertado alguna vez ha sido por pura casualidad porque ella es ajena a la justicia y los seres humanos obligados a lidiar en este mundo no lo llevamos nada bien.

Dar, recibir, devolver” aparecen realmente como valores transculturales. Sabemos que hacemos algo “malo” cuando no actuamos respecto a estas ordenes que parecen estar grabadas tan a fuego como “sobrevive y folla”. Hay personas que lo llevan mejor, que son malas y consiguen evadir a su conciencia, quizá ellos conocen la verdadera respuesta, la vida es amoral. Todo lo que hacemos los hombres son juicios morales y son antropocéntricos de pies a cabeza sin valor alguno cuando no hay humanos de por medio. Quizá esas personas a las que los esclavos llamamos “malas” son la avanzadilla del advenimiento del ultra-hombre.

Por eso nos gustan los juegos, porque los juegos reflejan la moral de esclavos, son como nos gustaría que fuese la vida, son utópicos. Un número limitado de variables, absoluto control y responsabilidad de nuestras decisiones y actos e igualdad de condiciones respecto a los demás.

Eso es una bomba para el cerebro.

Nadie parece plantearse que los jóvenes busquen en los videojuegos algo que no encuentran fuera, justicia, una meritocracia perfecta de ránkings y prestigio. Esa es la verdadera oferta virtual, libertad y justicia.
Y mejor es el juego cuanto mas justo es y mas permite al jugador explotar su libertad.

Ahora como pasa con la religión queda en vuestras manos juzgar si el videojuego mantiene el status-quo siendo el opio del pueblo o puede ser la inspiración para una lucha en la implantación inútil de la moral de esclavos.

Son una mierda las dos opciones...

(Añadido)

Duchamp dejó el arte para jugar al ajedrez. Quizá él también era un hombre y no pudo escapar a su sed de justicia. El videojuego (como todo) para mi solo es arte en el contexto artístico pero es interesante pensar que si se deja jugar al "espectador/jugador" se le añade a la obra de arte un componente del que carecen por lo general las obras, justicia. El arte es por lo general (excepto en el arte relacional que es una puta basura) un ejercicio de autoritarismo por parte del artista y el poder que le permite existir. ¿Pero y si la obra es un juego?
Suficiente por hoy q son las cuatro de la mañana.

2 comentarios:

  1. Bueno...

    Un planteamiento muy interesante... eso del tema de la justicia social en el gancho del juego...

    Pero en cuanto a esto de que "quizá esas personas a las que los esclavos llamamos 'malas' son la avanzadilla del advenimiento del ultra-hombre"... no sé que decir...

    Creo que la responsabilidad de decidir, aceptar y respetar tus límites, elegidos libremente, no te hacen esclavo... esclavo resultaría el que tuviese un amo ajeno a él... pero yo soy de los que opina que la anarquía es la máxima expresión del orden, y no un sálvese quién pueda...

    Pero no creo que, desprovistos ya de una conducta instintiva pura y dura, podamos ser amorales, naturales, bestiales.. sin resultar malignos... la conciencia propia y el conocimiento te impide ser malo sin saberlo y asumirlo, creo yo...

    Y eso ya no mola, ¿no?... quizá en caso de cabreo, suficientemente agriado, pudiera pensar lo contrario...

    A veces pienso que el mal es una cuestión de que te dejaran imponer tu ignorancia desde el año y pico en adelante...

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  2. Me auto-comento

    Según lo que escribo, el ultrahombre sería una nueva especie en paz con la vida y su amoralidad ¿es ese un buen resumen?

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