domingo, 22 de julio de 2012

Realidad virtual y contracultura. EL LSD ELECTRÓNICO.


La palabra contracultura parece que sirve para todo pero bueno en este caso aclararé a lo que me quiero referir con ella.

Lyotard decía que la posmodernidad siempre ha estado en la modernidad como su melancolía, recordando durante estos últimos veinte siglos a los racionalistas lo irracionales que son. Esta corriente por razones obvias nunca ha alcanzado el poder como para inscribirse en la historia oficial. (ni lo pretendía pues la historia es una de las instituciones a atacar).

Bueno pues a eso mismo me refiero con contracultura, es difícil seguirle la pista en la historia, quizá es una fantasía pensar que siempre ha existido pero en este caso me voy a referir a su último brote histórico, su erupción en los años sesenta y posterior desaparición paulatina y de esto si que tenemos constancia. Con sus contradicciones, a veces con sus caídas en la misma red del sentido que quería destruír, sin duda fracasó pero hizo mas interesante y compleja nuestra situación actual.



Como todo niño que creció en los 90 mis sueños húmedos se dividían entre los pechos de Pamela Anderson y la fantasía de un futuro donde las videoconsolas ofreciesen experiencias de realidad virtual.
Era la moda de los noventa, yo devoraba toda la información relacionada con la realidad virtual y las películas en als que apareciese el tema.


En aquellos años uno leía en las revistas especializadas la presentación de la Sega V.R. o los anuncios de la Virtual Boy de Nintendo y tenía claro cual iba a ser el futuro. Nadie lo dudaba, de hecho era absurdo pensar que en el 2012 seguiríamos jugando con mandos, ratones y teclados, el futuro era la realidad virtual, las gafas, los guantes... LA INMERSIÓN.



¿Qué coño pasó? ¿Cuándo nos robaron el futuro prometido? ¿Cómo nos lo han cambiado por esta mierda?

Bueno pues aunque suene a teoría de la conspiración creo que hubo importantes organismos implicados, de hecho pienso que nadie se tomaba en serio la industria del videojuego hasta que empezó a asomar la cabeza la realidad virtual.

La realidad virtual podía haber sido de un potencial subversivo muy peligroso para el sistema en general, no solo asustaba a nuestras madres, podría habernos introducido en una nueva revolución cultural que no beneficiaba al poder establecido, por suerte para ellos y para desgracia nuestra el poder tiene la capacidad de aprender y nosotros empezamos siempre desde cero.

Existe una relación explícita entre las drogas y la realidad virtual, entre la revolución cultural de los 60 y el cyberpunk de los 90 hasta el punto de que Timothy Leary estaba estrechamente vinculado con la promoción de la Realidad Virtual.

Aquí podéis incluso descargar este vídeo promocional de Autodesk en el que aparece Leary hablando de las bondades de la Realidad virtual.

Aquí una tele-conferencia noventera para la universidad de toronto que versa sobre el mismo tema.

Creo que no hace falta explicar porqué Leary podía estar interesado en la popularización de la realidad virtual, podía utilizarse para los mismos fines que el LSD, como explica en el vídeo pensaba que podría ayudar a la gente a trasladarse a ese mundo de lo inefable con facilidad, a hacernos partícipes de las revelaciones de los místicos y los artistas de forma directa y no a través de ventanas.

Como dice antonio escohotado en :



“Si la LSD consistiera solamente en tener delante de los ojos bonitos juegos calidoscópicos, viendo cómo los colores se convierten en sonidos y viceversa, gozaría sin duda de gran aceptación como pasatiempo físicamente inocuo. Pero los cambios sensoriales se ven acompañados de una profundización descomunal en el ánimo, que empieza borrando del mapa cualquier servidumbre con respecto a pasatiempos. Se trata, pues, de televisores que no requieren aparato, y de grandiosos cuadros que no requieren luz para ser contemplados; pero no de visiones que se muevan oprimiendo el botón de canales, o que no comprometan radicalmente en un viaje de autodescubrimiento.
Llamativo resulta que ese viaje de autodescubrimiento lleve pronto o tarde a la crisis del yo inmediato”



Para que veáis que lo de Leary no era una excepción, al mismo tiempo que él podía estar con la gente de Autodesk saltando de pixel en pixel otro colega suyo de correrías en los años sesenta Stewart Brand estaba en el MIT metiendo sus narices en las mas futuristas tecnologías o trabajando para AT&T y terminó fundando la Global Business Network http://en.wikipedia.org/wiki/Global_Business_Network que da bastante miedo la verdad.


En cuanto se profundiza un poco esto empieza a estar repleto de personajes peligrosos perseguidos por la ley, de drogadictos, hedonistas, filósofos y comunistas.


Así empezó una implacable campaña de demonización contra los videojuegos y cualquier cosa que se pareciese a la realidad virtual. El miedo a que nos quedemos colgados y perdamos el contacto con SU realidad todavía perdura, y mantiene la revolución en standby si no la ha destruído para siempre.
Supongo que a todo el que en los noventa invirtió en realidad virtual le jodió perder su dinero, era el futuro, todos lo sabíamos, era inevitable... pero consiguieron evitarlo.



Si nos ponemos positivistas y creemos el discurso de Leary sobre lo que la realidad virtual podía haber ofrecido podemos imaginar una brecha generacional mucho mas exagerada que la actual, prácticamente dos mundos enfrentados, una juventud empoderada y por lo tanto una vuelta a la situación de los años sesenta.
Era quizá una rama peligrosa de la revolución tecnológica, por lo menos una de la que nosotros hemos llegado a tener noticia y la eliminaron rápida y limpiamente de tal manera que que para un niño de 10 años de hoy la realidad virtual no es siquiera un horizonte.



Ya sabéis como ha acabado la historia, todos como idiotas flipando porque la cámara de la 3ds reconoce una tarjetita con un código impreso “Oh!! el futuro!!!”.



2 comentarios:

  1. Gracias por el texto, mister...

    Me ha gustado, a pesar de que nunca he sido practicante en el mundo de los videojuegos (salvando los sagrados Lemmings y el Donkey Kong de las maquinita naranja de dos pantallas de cristal líquido)...

    Y el enfoque me parece interesante... ¿te dejé ya el libro de la contracultura a través de los tiempos [http://www.anagrama-ed.es/titulo/CR__71]?

    Como decía alguien, comparto la idea de que "el futuro ya está aquí"... pero que palidece bastante al compararlo con "futuro pasado" que describía toda la ciencia ficción de los 60 en adelante... en consecuencia, me gusta esa frase tuya: "¿Qué coño pasó? ¿Cuándo nos robaron el futuro prometido? ¿Cómo nos lo han cambiado por esta mierda?"

    Apúntate un 8

    ResponderEliminar
  2. Si si, ese libro ha sido una gran influencia a la hora de hablar de contracultura, pero citar a Lyotard tiene mas prestigio xD.
    Gracias por el comentario que como ves estoy necesitado de feedbacks

    ResponderEliminar